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Jorge (86) visita sagradamente cada día a su esposa Cinta, quien ya no lo reconoce, con la esperanza de que pueda recordar su historia aunque sea una vez. «Sólo con tener la oportunidad de que me mire a los ojos me hace feliz porque, en el fondo, pien«El alzhéimer no puede borrar nuestro amor»: La historia que conmueve a España
Jorge (86) visita sagradamente cada día a su esposa Cinta, quien ya no lo reconoce, con la esperanza de que pueda recordar su historia aunque sea una vez. «Sólo con tener la oportunidad de que me mire a los ojos me hace feliz porque, en el fondo, pienso que sabe quién soy. El afecto no se olvida», expresa. Read more