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El mercado laboral chileno, a pesar de haber registrado una creación neta de 523.000 puestos de trabajo, de los cuales un 95% son formales, aún exhibe una preocupante realidad para las mujeres, que continúan siendo las más afectadas por el desempleo y laEconomista advierte sobre las persistentes brechas laborales en mujeres chilenas
El mercado laboral chileno, a pesar de haber registrado una creación neta de 523.000 puestos de trabajo, de los cuales un 95% son formales, aún exhibe una preocupante realidad para las mujeres, que continúan siendo las más afectadas por el desempleo y las condiciones laborales. En su participación en El Primer Café de Cooperativa, la economista María Olivia Recart, exsubsecretaria de Hacienda durante el primer Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), advirtió que las trabajadoras chilenas «no solo son las más afectadas por el desempleo, sino que también reciben remuneraciones que tienen brechas enormes con respecto a la de los hombres cuando están empleadas». Asimismo, criticó que «no hay igual nivel de capacitación ni igual nivel de empleo, sino que las mujeres en general tienen capacitaciones o están formadas con brechas con respecto a los hombres. Eso tiene que ver con una cultura en nuestro país, en el que se espera que las mujeres cumplan con roles que los conocemos como de cuidado». «Necesitamos flexibilidad, queremos trabajos que son a veces poder entrar y salir, no queremos trabajos en los cuales haya turno. Es difícil trabajar en lugares donde el trayecto es inseguro,(ya que) salir de noche en barrios peligrosos para una mujer hoy lamentablemente es mucho peor que para un hombre», enfatizó Recart. Persistencia de barreras culturales y de seguridad En la misma línea, Michelle Labbé, investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad San Sebastián, reforzó la idea de que ciertos grupos, incluidas las mujeres, son inherentemente más vulnerables en el mercado laboral. «Hay grupos que salen más perjudicados, las mujeres salen más perjudicadas y los adultos mayores salen más perjudicados, y eso es así porque obviamente son grupos que les cuesta más emplearse por distintas razones», advirtió la experta en Cooperativa. Retos estructurales y la necesidad de soluciones integrales Mientras que Claudio Agostini, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, subrayó la naturaleza estructural de estos desafíos y la lentitud en la implementación de soluciones, sobre todo en caso de las mujeres, «que lo tienen más difícil y les pagan menos». «También es cierto que hemos avanzado poco en soluciones de sala cuna y cuidado infantil que permita que una participación laboral mayor femenina. Ese es un tema del cual hay que hacerse cargo y el Congreso se ha demorado un montón», cuestionó el economista en El Primer Café. Finalmente, Eugenio Rivera, miembro del Foro para un Desarrollo Justo y Sostenible, indicó que hay «varios problemas estructurales, especialmente aquellos que afectan a las mujeres», por lo que llamó a «mantener la cabeza fría y analizar con claridad los problemas». «No debemos simplificar el debate, sino comprender su complejidad. Las causas del bajo crecimiento del empleo -solo se han creado 500 mil puestos de trabajo- son múltiples. Sin embargo, también se ha avanzado en la formalización, en la mejora de las condiciones laborales, en el aumento de salarios y en la implementación de la jornada de 40 horas, lo que favorece la vida familiar», aseveró el ingeniero comercial. Estos testimonios evidencian que, a pesar de los esfuerzos por generar empleo formal, el país aún tiene una deuda pendiente con las mujeres. La persistencia de brechas salariales, la desigualdad en la capacitación y, sobre todo, la carga desproporcionada de los roles de cuidado, limitan severamente su participación laboral. Read more